La palabra la tienen los alumnos
Textos redactados por alumnos de español de la Escuela de Lenguas de la Université du Québec à Montréal
Un joven hondureño en las pantallas quebequenses
Cécilia Morin
Como parte del lanzamiento de la película Chien de garde, el 9 de marzo, he conocido a Andrés Alfaro, un actor hondureño que interpreta al personaje de Olivier. En este encuentro, pudimos hablar del cine quebequense.
Chien de garde, dirigida por Sophie Dupuis, pone en escena dos personajes: JP y su hermano Vincent, que se meten en líos con un cartel de drogas. “La fuerza de esa película radica en los saltos de emociones de los personajes”, según Andrés. La película muestra la realidad de una familia siempre sobre la cuerda floja y expone auténticamente la complejidad de las relaciones humanas.
Aunque Andrés no actúa como un personaje principal, su carrera le fascina. “Dar dos horas de tu concentración pura a una imagen reproducida por alguien es explorar la mente de esa persona, y encontrarse en esa mente de manera artística”.
Sin embargo, Andrés planteó el hecho que el cine quebequense necesita ser más diversificado. “Los inmigrantes siempre son los malos… Me gustaría que sea diferente, que sea natural ver gente de todo tipo, tener un papel de bueno”. También veremos a Andrés en el cortometraje de Jeanne Leblanc, Garrincha…
Caminando en el bulevar de la integración de la UQAM
Louis-Georges Frenette
“Caminando en el bulevar de la UQAM”. Fue lo que me dijo un estudiante del certificado en español de la UQAM. Añadió que no era el cambio de nombre de una calle cerca de la universidad, aunque él creía que la UQAM lo merecía. Me dijo que es porque estaba seguro de que la UQAM favorecía la integración de muchos inmigrantes, y en particular la de los hispanohablantes. Es por eso que la UQAM no era una calle de una sola dirección, sino que más bien era un bulevar.
Este estudiante me dijo también que, en la UQAM, no solo había aprendido vocabulario, reglas gramaticales, conjugaciones, redacciones, etc., sino que había aprendido también muchos aspectos sobre la cultura hispana, el turismo, la actualidad, la historia del mundo hispano, etc. Igualmente agregó que diferentes actividades como talleres de aprendizaje, conferencias, semanas hispanas, intercambios con hispanoha- blantes, lecturas de periódicos como Pulso, etc., le permitieron familiarizarse con la comunidad latina de Montreal.
Además, cree firmemente, que su estancia en la UQAM cambió a la persona que es él hoy, y que a raíz de eso, desea ayudar a los inmigrantes a integrarse a la sociedad quebequense.
Finalmente, me dijo que puede afirmar que la UQAM cumple su misión de apertura a la comunidad y que está orgulloso de caminar en el gran bulevar de integración, caminar en el bulevar de la UQAM.
Memorias de inmigración y nuevas vidas
Félix Bouvier-Sills
En el sitio web de la alcaldía de Montreal, hay una página sobre los latinoamericanos en Montreal. Esa página forma parte de un proyecto colectivo que se llama Mémoires d’immigration (Memorias de Inmigraciones) que hablan de las comunidades de Montreal que llegaron por la inmigración.
En primer lugar, la historia de la inmigración latinoamericana se encuentra resumida. Se identifican tres olas de llegadas: la primera de 1952 a 1972, la segunda de 1973 hasta 1990 y la tercera de 1991 a 2011. Además, algunos testimonios de inmigrantes que vinieron de América Latina fueron reunidos en un video y están disponibles para visionarlos. La mayoría de los inmigrantes en el video forman parte de a tercera ola, pero hay otros que inmigraron en los setentas y en los ochentas. Describen en francés lo que vivieron en su viaje hasta Montreal y la integración a un nuevo país y a una nueva vida. Los que aparecen en el video de la segunda ola dicen que Montreal ha cambiado mucho desde su llegada a la ciudad. Estos cambios incluyen el aumento de la “música del mundo” en Montreal, una gran variedad de alimentos latinoamericanos disponibles en las tiendas canadienses y el desarrollo del metro.
Al final de sus presentaciones, los inmigrantes entrevistados debían mostrar un objeto precioso para ellos. Entre otros, Paulo Ramos trajo una guitarra para poder tocar música latinoamericana en Canadá. Amelia López, una mujer ecuatoriana, presentó dos objetos simbólicos para ella: una espada y un escudo. Sobre esta elección, ella explicó: “los inmigrantes deben pelearse todos los días para abrir un espacio, como una espada, y un escudo para protegerse de uno mismo, de sus miedos y de todas cosas que les impiden ser felices en su nueva vida”. Esta frase puede aplicarse a todas las experiencias de los inmigrantes y tal vez a la vida de sus hijos que nacieron en Canadá.
Niño autista en la escuela pública
Daniel Fournier
En el año 2009, mi esposa y yo adoptamos un niño vietnamita. A la edad de cinco años, nos dimos cuenta que nuestro hijo Yann era bastante diferente en comparación con otros niños. Fue, en ese momento, que decidimos ir al hospital Sainte-Justine para niños, y a partir de allí, toda una historia comenzó. Es por eso que deseo compartir con ustedes la experiencia de integración de mi hijo en la escuela pública.
El diagnóstico y los servicios
Los médicos especialistas que examinaron a Yann nos dijeron que era autista moderado con una inteligencia superior. Además, que Yann podía empezar a tomar medicamentos para disminuir sus síntomas. Finalmente, con el diagnóstico oficial, agregaron que Yann estaba listo para integrase a una clase normal pero que necesitaría servicios de asistencia.
La guerra con la escuela
En 2015, Yann empezó el primer grado en la escuela pública de nuestro barrio. Desde el comienzo, tenía problemas para adaptarse. Casi todas las semanas, el personal de la escuela me llamaba por teléfono para decirme que Yann debía ir a la escuela para niños autistas severos. Me decía también que no estaba seguro de prestar asistencia en la clase, aunque eso contradecía la ley. Nos defendimos con uñas y dientes, y finalmente, Yann pasó su primer y segundo grados con éxito. Sin embargo, teníamos que estar muy atentos para mantener su asistencia en clase. Es una batalla que nunca se termina.
Paciencia, perseverancia, pedagogía, psicología, pertinencia, todos los padres deben dominar las cinco P de la educación de los niños normales. Pero, para los padres con un niño autista, el dominio de las cinco P debe lograrse a un nivel superior. Cuando eso funciona, es una gran fuente de satisfacción y amor.