Otorgar el Nobel de la Paz a Carmen Gloria
RODRIGO ORTEGA
Carmen Gloria Quintana vive aquí, en Montreal, pero fue atacada, quemada, allá, en Santiago de Chile, joven, a los 18 años; vive aquí pero sigue luchando por un mundo mejor allá, y acá. Lo que equivale a decir que su combate concierne a toda la humanidad, porque las brutalidades que vivió Chile durante la dictadura cívico-militar (1973-1990) han trascendido todas las fronteras y siguen causando repugnancia y espanto en todo el planeta. Nadie quiere que cosas así ocurran en ninguna parte.
Cuando en 1986 los militares chilenos rociaron a Carmen Gloria Quintana y a Rodrigo Rojas de Negri con combustible para luego prenderles fuego y quemarlos vivos, ¿habrán siquiera vislumbrado que de esto se hablaría, y profusamente, treinta años después de ocurridos los hechos? Seguro que no.
Pero se habla. Es que la memoria de todos aquellos que simpatizaron con el pueblo de Chile desde el primer día del golpe de Estado fascista, sigue viva. Y, lo más importante, es que una de las víctimas del ataque incendiario no ha cesado de luchar y exigir verdad y justicia respecto al horror que le tocó vivir. Y qué bueno que sea así, porque en Chile los medrosos y oportunistas gobiernos que sucedieron a la dictadura muy poco o nada hicieron para crear un clima de justicia en el país. Hace pocos días, la madre de Rodrigo Rojas de Negri, el joven que murió tras las quemaduras y que se encontraba con Carmen Gloria Quintana el día de la agresión, apuntó directamente a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet: “La Presidenta no tiene un compromiso real con los Derechos Humanos”, dijo. Y de Negri sabe de qué está hablando. Ha sido una testigo directa, histórica, de las dilaciones, burocracias, vilezas y timideces de los gobiernos de la coalición que ha gobernado Chile durante más de 20 años. Una de esas vilezas fue la gestión del gobierno de Eduardo Frei y de su tristemente célebre ministro José Miguel Insulza para rescatar desde Londres al exdictador Augusto Pinochet, salvándolo así de un dictamen condenatorio de la justicia internacional.
Los verdaderos luchadores por la justicia
Los verdaderos defensores de los derechos humanos en Chile han sido, sobre todo, las propias víctimas de la dictadura, sus familiares y la solidaridad de todo el mundo. Desde un punto de vista institucional, a nivel de Estado, se ha querido enterrar el tema. Como expresó a la prensa Carmen Gloria Quintana en cierta ocasión: “Da la impresión que uno molesta, que no quieren que se hable más de esto”. Se refería a la administración del “socialista” Lagos.
Sin embargo, si hay alguien que no ha bajado la guardia en todos estos años es precisamente Carmen Gloria Quintana.
Por esta razón, Pulso quiere que la situación que afectó a Carmen Gloria siga teniendo repercusión mundial e impulsa desde esta ciudad una campaña para que le otorguen el Nobel de la Paz por su contribución al establecimiento de un mundo mejor. Recordemos que las diligencias judiciales que aún se llevan a cabo deben conducir al fin de la impunidad en el denominado “caso quemados”. Esos procesos deben servir para que la humanidad siga comprendiendo que no puede haber paz sin justicia. Carmen Gloria Quintana es, en ese sentido, una trabajadora por la paz.
Y ello amerita un reconocimiento mundial.