Teletrabajo : control patronal y aislamiento del trabajador
Daniel Fournier
Desde hace muchos años, he trabajado para grandes empresas y de repente, la pandemia. Estaba acostumbrado al teletrabajo casual que era una herramienta muy práctica, pero hoy en día, es otra historia.
Quiero compartir con ustedes mi experiencia y mis observaciones sobre el teletrabajo en tiempos de pandemia, es decir, lo que pasa en concreto en el terreno laboral entre los empleados y las empresas.
El nuevo despacho
El teletrabajo es un campo que todavía no ha sido legislado. No obstante, algunas empresas ya están en proceso de modificar sustancialmente las condiciones laborales de sus empleados. Al principio, el teletrabajo era una medida de salud para contrarrestar la pandemia, pero ahora es más que eso. De hecho, muchas empresas han asumido que hay una oportunidad para disminuir los gastos inmobiliarios, es decir, el costo de ofrecer un despacho a sus empleados. Además, según un estudio de la Université de Montréal (1), una tercera parte de los empleados dicen que están más productivos desde el hogar. Todo eso parece muy bien, pero hay impactos menos conocidos que afectan a los empleados.
La nueva tendencia es obligar a los empleados a compartir un despacho con tres o cuatro personas según un horario semanal flexible, a tiempo parcial (ej. tres días en teletrabajo y dos días en la oficina). Para ilustrar el aspecto humano de este cambio, conozco a personas que tuvieron dos horas para vaciar su despacho y trasladarse a otro sin llevar sus cosas. Finalmente, con el teletrabajo a tiempo completo o parcial, el impacto inmediato es que se han vuelto prácticamente inexistentes los intercambios informales en persona (al lado de la máquina de café), la creación de redes y el sentimiento de pertenencia.
El control
Ahora se plantea la siguiente cuestión: para los administradores ¿cuál es la mejor manera de controlar a los empleados a distancia? Con este propósito, figuran los intentos de monitorear y evaluar de forma remota el desempeño de los empleados (sin su conocimiento) utilizando plataformas colaborativas (ej. Skype y TEAMS de Microsoft). De hecho, TEAMS, que es el más popular programa informático para el teletrabajo, ha propuesto a las empresas datos sobre el rendimiento laboral de sus empleados (2). Un aspecto muy polémico. Asimismo, hay empleados teletrabajadores que tienen que ser fotografiados cada cinco minutos por jefes que quieren juzgar su productividad, gracias a la aplicación SNEEK (3). Según la empresa que respalda esta aplicación, el objetivo no es la intromisión en la privacidad, sino la cultura de la oficina, es decir, el aumento de la productividad de los trabajadores.
La interfaz del software permite al empleador tener una “pared de caras” (para cada escritorio), que permanece activa durante la jornada laboral y presenta fotos de los trabajadores tomadas con su computadora portátil todos los días, cada cinco minutos. Además, el empleador puede iniciar una videollamada en vivo con un trabajador haciendo “clic” en su foto, incluso si este último no ha aceptado.
¿Un nuevo debate?
El teletrabajo ya fue objeto de debate. En 2013, en una nota enviada a sus empleados, la directora ejecutiva de Yahoo, Marissa Mayer, anunció que ya no les será posible trabajar de forma remota. Al explicar su decisión, la jefa de Yahoo había argumentado que “algunas de las mejores decisiones e ideas provienen de discusiones en los pasillos y en la cafetería, conocer gente nueva y reuniones de equipo improvisadas”. Dijo también que «la velocidad y la calidad a menudo se sacrifican cuando trabajamos desde el hogar y tener un ¨Yahoo Unidos¨ comienza por estar físicamente juntos” (3). En 2017, IBM presentó argumentos similares para acabar con el teletrabajo.
Ocho años después de que Marissa Mayer se pronunciara en contra del teletrabajo, volvemos a estar en el punto de partida de los debates de la época.
Algunas reflexiones
No es mi intención hablar en contra del teletrabajo. Lo he aprovechado. Pero es una tecnología que necesita ser domesticada. Para mí, los intercambios cara a cara siguen siendo y seguirán siendo una condición esencial para la creatividad y la innovación; algunos pueden darse cuenta de ello demasiado tarde. Esto es especialmente cierto en una ciudad como Montreal en donde encontramos sedes de grandes empresas, centros de investigación y universidades.
Finalmente, para muchos empleados, después del entusiasmo inicial, el riesgo es que gradualmente el teletrabajo se transforme en un sistema de control, de aislamiento y de rendimiento laboral junto con una pérdida del sentimiento de pertenencia. No se olvide que por lo general el aislamiento conduce al ser humano a la desesperación y a mejor control de su pensamiento, sobre todo si la única fuente de información es la línea oficial de la empresa a la que los debates informales ya no constituyen un contrapeso.
Referencias
- https://nouvelles.umontreal.ca/article/2020/05/08/le-teletravail-favoriserait-la-productivite-et-l-innovation-selon-une-etude/
- https://www.francesoir.fr/societe-emploi/teletravail-la-surveillance-des-employes-sur-les-plateformes-collaboratives-et#:~:text=Microsoft%20Teams%20et%20Skype%20Entreprise%20collectent%20differents%20types%20de%20donn%C3%A9es,’entreprise%20de%20l’employ%C3%A9
- https://emploi.developpez.com/actu/297985/Des-employes-en-teletravail-photographies-toutes-les-5-minutes-par-des-patrons-desireux-de-juger-de-leur-productivite-via-un-service-video-en-continu-en-expansion-rapide-avec-le-coronavirus/
- La nécessité de se retrouver au bureau – La Presse+