Viral, una novela de nuestro tiempo
José Del Pozo
Mauricio Segura es un escritor nacido en Chile, llegado a Canadá cuando tenía cinco años de edad, como parte de la ola migratoria provocada por el golpe de Estado de 1973.
Educado y formado en Montreal, ha escrito todos sus libros en francés. Publicó su primera novela en 1998, Côte-des –Nègres, sobre el mundo del barrio donde pasó sus años como estudiante a nivel secundario. Desde entonces ha continuado su carrera literaria, haciéndose un nombre en el mundo de las letras de Quebec, como autor de Boréal, una editorial bien conocida. Y también fuera de la provincia, ya que sus novelas han sido traducidas al inglés. Si bien casi todas ellas nos hablan de Montreal, la acción de la tercera, Eucalyptus (2010) transcurre en Chile.
Viral, su quinta novela, apareció en febrero de este año. Irónicamente, el título correspondía al comienzo de la pandemia, que nos ha obligado a recurrir cada vez más a comunicarnos a través de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Y la novela se inserta en buena medida en ese marco. El autor escogió un procedimiento ingenioso: a partir de un incidente a primera vista banal –una discusión encendida entre una chofer de autobús, que obliga a bajar del vehículo a un joven pasajero, sintiéndose agredida por él- las cosas toman proporciones mayores. Otra pasajera filma el hecho y lo hace circular por las redes sociales, con lo cual se desencadena toda una dinámica de reacciones, a favor de uno u otro de los protagonistas, que cubre todo el libro. Las discusiones se inflaman ya que el incidente tiene un carácter étnico: la conductora es una mujer blanca, quebequense “de souche” y el pasajero es un joven originario de Marruecos, que es rápidamente acusado en las redes sociales de ser, probablemente, un peligroso extremista musulmán.
Segura describe con habilidad las distintas reacciones ante el hecho a través de un relato coral, donde cada uno de los seis capítulos está centrado en la mentalidad y las reacciones de un personaje distinto, todos impregnados de su cultura respectiva. Así, la novela es un viaje a través del Montreal multiétnico, donde los lectores penetran en las reacciones de tres quebequenses: Dominique, la conductora, que tras el incidente se interroga sobre su conducta con el pasajero y tiene dudas sobre si éste fue tan agresivo como parece en su denuncia a la policía; Guillaume, un informático con ideas nacionalistas, que se siente invadido en su barrio por la presencia creciente de los inmigrantes, y da a conocer en las redes la dirección y la identidad de Sam, para apoyar la denuncia; y François, alcalde del distrito municipal donde ocurrió el hecho, que intenta manejar la opinión pública de manera equilibrada, pidiendo que se respete a los musulmanes.
Los otros tres personajes son Lola, una mujer joven, nacida en Vietnam, que filma el incidente del autobús no para culpabilizar al pasajero, sino para denunciar la actitud de la conductora, que ella califica de racista; Camilo, un joven colombiano, amigo de Sam, con quien juega básquetbol, y que trata de ayudar al joven marroquí; y Yasmina, la hermana de Sam, que en el último capítulo entrega varias claves para comprender la conducta de su hermano.
Un relato ágil, con pinceladas acerca
de la personalidad y la vida privada
de cada uno de los seis personajes.
El autor entrega un relato ágil, con pinceladas acerca de la personalidad y la vida privada de cada uno de los seis personajes centrales, como intentando encontrar detrás de cada uno de ellos la explicación a sus reacciones ante el incidente.
Hay pasajes que podrían haber sido omitidos: ¿qué relevancia tienen las infidelidades de François y la separación de su mujer con el tema central? Intervienen muchos otros personajes secundarios, tanto quebequenses como inmigrantes.
Por momentos, la novela se transforma en una radiografía de la sociedad quebequense, con numerosas informaciones sobre la vida social y política de la provincia, lo que hace el relato demasiado didáctico.
El lenguaje incluye el uso frecuente del inglés en los diálogos, especialmente de los jóvenes inmigrantes, lo que contribuirá sin duda al debate actual sobre el ocaso del francés en Montreal. Segura emplea también algunas palabras muy poco comunes del francés, tal vez invitando a sus lectores a enriquecer su léxico, como el vocablo délitement, (desintegración) citado por Guillaume, para calificar la situación en la que la cultura de sus antepasados se encuentra ante la invasión del inglés y de las “otras” culturas.
Una novela para reflexionar sobre los problemas y polémicas de nuestro tiempo y de la sociedad multiétnica de la cual somos parte.