¿Crisis de refugiados en Canadá?
MARCELO SOLERVICENS
La llegada masiva desde Estados Unidos (EUA) de unos 8.000 potenciales refugiados de junio a agosto, 85% de ellos haitianos, creó imágenes de crisis que amoblaron las postrimerías de un verano moroso. Se habilitaron dormitorios de fortuna para acogerlos, entre otros, en el estadio Olímpico y hasta en carpas en la frontera misma.
Abundaron las versiones simplistas. Los conservadores, acusaron al tweet de Trudeau frente a los decretos de Trump contra ciudadanos de países islámicos en febrero. Los hacedores de opinión tradicionales temen que, como en Europa, aumente el racismo, la xenofobia y los grupos de extrema derecha. Hasta el montrealés Paul Clifford, exigió que los tribunales obliguen a Trudeau y Couillard a parar el flujo de “falsos refugiados”. El tribunal rechazó la demanda. Couillard, Légault, Lisée y Nadeau-Dubois absorbieron el tema en sus narrativas respectivas. Como resultado, 51% de los quebequenses quisiera impedir la llegada ilegal de refugiados y, 4 de 6 creen estos refugiados aumentan la inseguridad en Quebec.
Hay antecedentes de desinformación fomentada en los medios sociales, que hacen creer que se obtiene automáticamente el estatus de refugiado en Canadá. El gobierno federal lanzó una campaña de información a través de sus 13 consulados en EUA, para explicar que no es así. Es evidente, como afirma el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, que no hay tal crisis de refugiados, que Canadá puede perfectamente hacer frente a la situación. No es la primera vez que este país debe enfrentar una circunstancia de este tipo. Tampoco será la última.
¿Hay crisis de refugiados?
La sensación de crisis es creada por el acuerdo del tercer país seguro, con EUA en vigor desde
diciembre de 2004. Ese acuerdo, denunciado por organismos, como Amnistía Internacional y hasta por el Parti Québécois, permite rechazar a los refugiados provenientes de EUA en un puesto fronterizo. Para acogerse a la Convención de 1951 relativa al estatus de refugiado, deben ser detenidos por guardias fronterizos, como los dos refugiados de Ghana, que casi se congelaron en enero de este año en Manitoba.
Amir Khadir del partido Québec solidaire afirma que los refugiados huyen de los EUA de Donald Trump. Las críticas de Trudeau hacen creer que no es un país seguro para refugiados pero el gobierno federal no se atreve a caducar el acuerdo.
Los problemas creados por Donald Trump no han terminado. L’actualité, informó que amenaza con no renovar el estatus de protección temporal a más de 320 mil extranjeros de 10 países: yemenitas y somalíes en septiembre; ciudadanos de los dos Sudán en noviembre; haitianos, nicaragüenses, hondureños, salvadoreños en enero de 2018; de Siria en marzo y; de Nepal en junio. Canadá, que había adoptado un estatus semejante para los haitianos víctimas del terremoto de 2010, ya terminó ese programa.
El refugiado potencial detenido en la frontera debe explicar el motivo de su demanda de asilo y presentar ulteriormente su testimonio ante la Comisión de Inmigración. Debe probar que huye de la guerra, el terror o la persecución. El proceso puede durar hasta dos años. Si la Comisión estima que no necesita protección, deberá abandonar Canadá. La tasa de aceptación del asilo en Canadá, fue sólo de 43% en 2016. Aunque nada asegura que la persona obtenga el estatus de refugiado, abogados de inmigración atestan que hay motivos para dar refugio a haitianos: la corrupción es endémica, según Transparency International, hay detenciones ilegales, crímenes del Estado impunes y limitaciones a la libertad de expresión, subsiste la discriminación contra las mujeres, se excusa al feminicidio en caso de adulterio, se violan los derechos de LGBT. Cada caso de refugiado depende de su expediente.
Revisar la política de inmigración
A pesar del alarmismo, la situación es inconmensurablemente menor que la de los refugiados en Europa. Alemania acogió a más de un millón. Nadie propone un plan especial para los refugiados de Trump (como debiera hacerse) revelando las incoherencias de la política de inmigración de Canadá.
Objetivos utilitarios
Canadá es uno de los pocos países abiertos a la inmigración (recibió 320 mil en 2016). Pero sus objetivos son principalmente utilitaristas. El ejemplo de la explotación de los trabajadores temporales es dramático. Se busca estratégicamente aumentar la inmigración económica de acuerdo al informe Barton (octubre de 2016) para transformar Canadá en una gran potencia con 100 millones de habitantes en 2100. Aunque responde a presiones ciudadanas de solidaridad (boat-people, salvadoreños, sirios, etc.) tiende a elegir sus refugiados entre los definidos por la ONU. Exige visa para combatir legítimas demandas de asilo de ciudadanos de un país determinado.
Luego de intervenir por más de un decenio en Haití, la situación sigue siendo catastrófica. Canadá debe asumir su responsabilidad, como Europa, ante su fracasada intervención en la Perla de las Antillas. Debe abrirse un debate ciudadano sobre los desafíos de la política de inmigración canadiense en el siglo XX.