Nadeau-Dubois: “Mucha gente apoya nuestro proyecto”
RODRIGO ORTEGA
Cuando uno conversa con Gabriel Nadeau-Dubois inmediatamente siente emanar de él esa pasión tan propia de la juventud, pero cuando empieza a desarrollar las ideas, se ve uno confrontado a un ser prudente, mas no por ello menos audaz. De 27 años de edad, el recién electo diputado de Québec solidaire dijo a Pulso que lo pensó mucho antes de lanzarse en política partidista. Según él, la gente está cansada de la clase política actual. Lo que se requiere son hechos y no palabras, afirma uno de líderes de la denominada Printemps érable que se llevó a cabo en 2012.
Muchos militantes del Parti québecois consideran que Québec solidaire les “roba” votos y que por eso en muchos lugares terminan siendo elegidos candidatos liberales…
No. Considero extraño eso de hablar de “robo” de votos. El voto no le pertenece a nadie. Nosotros defendemos un proyecto de sociedad, el de Québec solidaire, y el Parti québécois defiende el suyo, el de su partido. Yo respondo que el PQ pierde apoyos electorales desde 1998 de manera constante y Québec solidaire fue fundado en 2006. Entonces, no podemos culpabilizarnos del fracaso de otros en el sentido de movilizar a la gente. Además, nosotros estamos creciendo porque la gente apoya nuestro proyecto de sociedad. El PQ tiene muchos problemas para convencer a la gente de la importancia de la independencia de Quebec.
Porque ustedes también son independentistas, ¿no?…
Sí. Nosotros creemos que el proyecto social que encarnamos es imposible realizarlo al interior de Canadá. Y eso lo constatamos en cada momento, en cada situación, ya sea en lo relativo al medioambiente, en política energética, en el sector económico para reglamentar nuestros acuerdos comerciales, en telecomunicaciones, en todo.
¿Qué le reprocha a la política tradicional?
Considero que la clase política de alguna manera ha traicionado a Quebec, sobre todo en el sentido económico al favorecer a las grandes empresas en desmedro de la gente. La obsesión por alcanzar el déficit cero ha golpeado a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Entre otras cosas, hoy tenemos escuelas de Quebec en ruinas.
Y ustedes, ¿cómo ven la economía de Quebec?
Hay que tomar conciencia de una vez por todas que ya no se puede seguir creyendo que el modelo de exportación es el único válido. Estados Unidos se cierra cada vez más al libre comercio, entonces tanto liberales como pequistas unen sus voces para orientarse hacia las exportaciones a China. Ante eso, nosotros decimos: ¿Por qué mejor no desarrollamos el consumo de materias primas a nivel local, por ejemplo, en el sector de la madera y en muchos otros?
¿Cómo ve la implicación de los jóvenes en política, sobre todo de aquellos que se movilizaronen 2012 en la Printemps érable?
Yo aún me encuentro con esa gente y tengo confianza en que toda esa energía hay que seguir movilizándola. Ese es uno de los desafíos que tengo desde Québec solidaire. Muchos jóvenes quieren participar en política pero aspiran a métodos más pragmáticos que los comités o los paneles de discusión. Ese es el desafío que, desde mi punto de vista, debemos asumir: otra manera de hacer política. No es fácil, pero se debe trabajar en ese sentido. No hay que olvidar además que le Printemps érable sirvió, entre otras cosas, para politizar a miles y miles de personas, una generación de jóvenes que todo el mundo creía indolente y sin intereses sociales.
¿Qué objetivo se ha fijado en Québec solidaire?
Quisiera que el partido se parezca más a un movimiento social que a una entidad política. Hay que canalizar a toda esa gente que está desconforme con la manera tradicional partidaria. Quisiera que el partido evolucione en esa línea para que la gente se sienta implicada. Por el momento, no tenemos esa dinámica, pero a eso aspiramos, a que la gente sea protagonista.