¡Bravo!


Rodrigo Ortega

Fíjese usted que cada vez que a un pueblo le va bien yo me alegro mucho. Y como por estos días se ha hablado tanto de Cuba, sobre todo en las redes sociales, me propuse hacer una investigación para conocer la realidad de Latinoamérica en cifras. Fui a ver fuentes confiables como lo hago siempre que escribo algo. De esta manera llegué al sitio del Banco Mundial, que es una instancia que evalúa constantemente el estado de los países basándose en los informes de terreno recabados por sus funcionarios de la ONU.

Ahora bien, ¿por qué dije al principio que me alegro  mucho cuando a un pueblo le va bien? Simplemente porque el Banco Mundial (que no es un organismo de izquierda) me mostró esto en un informe:

“Cuba se ubica en el primer puesto en cuanto a la inversión en el sistema educativo. Con cerca del 13% (12,9%) del PIB invertido en este sector, ningún otro país del mundo, incluidos los más desarrollados, iguala a la Isla del Caribe, que ha hecho de su política social un modelo para las naciones en vías de desarrollo”.

“Estados Unidos invierte apenas un 5,4%, o sea dos veces menos que Cuba, y Canadá un 5,5%”, concluye el documento.

Buenas noticias. Y esto mismo se repite en los indicadores de salud pública. Cuba lidera todas las encuestas por la calidad de su sistema sanitario. La tasa más baja de mortalidad infantil en América Latina la ostenta Cuba.

Las duras y sonrientes cifras

Hemos visto tanta emotividad –normal por lo demás– estos días en las redes sociales, que me pareció oportuno mostrar a nuestros lectores estas cifras y expresar mi infinita alegría al ver que a Cuba le va bien. Y ver también que se trata de un pueblo que se asume con sus valores, con su manera de concebir la democracia, sin imitar a los fracasados modelos de América Latina. Una democracia a su ritmo de son cubano y color de caña y mar, con su enorme fortaleza y creatividad.

Muchas gracias, Cuba, por la inmensa alegría que significa que a un pueblo de América Latina le vaya bien. Gracias a Cuba y a su líder que acaba de fallecer. Y fíjese que hasta aquí no he nombrado a ese líder. Se lo dejo a usted, para que usted lo nombre con toda la emotividad que le quiera impregnar. Yo me quedo con los dichosos resultados que nos llenan de confianza en un mejor futuro para la humanidad.                

¡Bravo, pueblo cubano!