Educar en Quebec
Los sistemas escolares en Latinoamérica son muchos y diversos: según el país, la edad, el entorno urbano y rural, los barrios ricos o pobres, escuelas públicas y privadas, las escuelas técnicas, experimentales, católicas o para hijos de diplomáticos extranjeros.
No es la misma experiencia la del niño que recorre los Andes en bicicleta para acudir a su escuela, que la del niño que va a la escuela populosa de una gran ciudad, los internados solo de niñas o los centros educativos donde se aprende tanto matemáticas como el trabajo con la tierra. Es por esta variedad, o quizás a causa de esta riqueza de experiencias que es tan difícil comparar el sistema educativo latinoamericano con el quebequense.
MIGUEL ESQUIROL
En Quebec, el sistema educacional busca dar a todos los niños una experiencia relativamente similar, una estructura escolar firme que les permita acceder a los mismos conocimientos, al mismo mercado de trabajo y a reforzar sus habilidades por igual.
Este intento de uniformización ya trajo problemas, históricamente lamentables, cuando los hijos de diferentes pueblos indígenas fueron obligados a inscribir a sus hijos en escuelas e internados lejos de sus comunidades, con una educación que les resultaba ajena. Desastroso intento de uniformización que con los años trajo muchas complicaciones.
Hoy en día la educación ya no es la rígida fuerza uniformadora de antaño, pero las bases y estructuras siguen contribuyendo a una educación estándar para todo el país.
Comparaciones
Tuvimos la oportunidad de hablar con dos profesoras latinas que actualmente trabajan en diferentes instituciones educativas. A partir de sus experiencias aquí y allá, podemos ver las diferencias más destacables. Sandra Pinzón es colombiana y trabaja como profesora suplente en escuelas de nivel primario y Denia es centroamericana, profesora de secundaria.
Para Denia, la diferencia principal con su propia experiencia es que aquí la institución le dedica más tiempo y recursos al estudiante, “más documentación, más de todo”. De forma muy similar, a Sandra la impresionan las amplias horas de oficina así como la colaboración de técnicos en educación especializada: ortofonistas y psicopedagogos que apoyan a los profesores con los estudiantes que tienen necesidades especiales o problemas de comportamiento. “Sin embargo –comenta– debido a los recortes presupuestales, algunos colegios no cuentan con especialistas suficientes para cubrir todas las necesidades de los estudiantes”.
El presupuesto es lo que más afecta a las escuelas y son los establecimientos educativos de barrios ricos los que tienen mayores recursos. De todas maneras, una gran parte de las escuelas tiene acceso a bibliotecas, salas de computadoras, pizarrones digitales o proyectores para ser usados en las actividades educativas.
Conviavilidad y disciplina
En el otro extremo del espectro, también existe una serie de elementos que las escuelas de Quebec no tienen, en comparación con las escuelas de Latinoamérica. Según Denia, a las escuelas aquí les falta cierta convivialidad entre estudiantes, un mayor control de la disciplina y respeto a partir de los alumnos, y actividades extracurriculares. Para Sandra, al estudiante se le deja en demasiada libertad, lo que puede convertirse en un problema. El resultado, un gran porcentaje de jóvenes no termina los cursos secundarios.
El estudiante migrante
Una de las dificultades principales que una familia recién llegada puede sufrir es justamente la adaptación a un sistema educativo y a una lengua diferente. En Quebec, salvo que los padres puedan demostrar que han sido educados en inglés, los niños tienen que asistir a una escuela francófona.
Según Sandra, la mayor parte de las escuelas, con un fuerte componente migratorio, cuenta con una clase especializada para ayudar a los estudiantes a que aprendan francés. En estas cursos, se mezclan todas las nacionalidades y lenguas. Se aspira a crear grupos de niños unidos por un idioma común. Aunque en general es más aconsejable que su inmersión con la lengua sea total.
La otra dificultad que deberán enfrentar será el aprender una nueva forma de vivir la experiencia escolar: técnicas diferentes, ejercicios y tareas, problema que puede ser acrecentado por la falta de conocimiento de los padres en relación al nuevo sistema.
El profesor migrante
Un aspecto más al cual Sandra Pinzón alude, es el camino que un profesor latinoamericano tiene que atravesar para poder enseñar. Se trata de un proceso largo, tanto en la espera de equivalencias de estudios, como en los exámenes de lenguas, los cursos de actualización del sistema escolar, para finalmente conseguir un permiso provisional. A partir de ese momento, el proceso continúa como profesora reemplazante, en muchos casos lejos de las especialidades y de las formas de educación que se habían aprendido en América Latina.
El sistema educacional de Quebec
La educación primaria comprende seis años de estudio, excluyendo el nivel preescolar y la secundaria va desde el primero hasta el quinto año. La enseñanza primaria y secundaria ascienden a once años de estudios.
A partir del tercer o cuarto año de escuela secundaria, los estudiantes pueden optar por dirigirse a la formación profesional, para aprender un oficio. Esta formación se completa con un título de formación profesional (DEP).
El éxito del programa de secundaria general es sancionado por el diploma de estudios secundarios (DES). El DES proporciona acceso al primer nivel de la educación superior, el CEGEP, a partir del cual se puede acceder a programas técnicos, con una duración de tres años, dando lugar a empleos técnicos (DEC), pero también puede conducir a la obtención de un título universitario.
También hay programas cortos, de tipo técnico, lo que lleva a un certificado de estudios colegiales (AEC). Estos programas están dirigidos principalemente a estudiantes adultos (18 años en adelante).
Fuente: Gobierno de Quebec.