Actuar y jugar jugar y actuar
“Vamos a jugar como si fuéramos perros, como si estuviéramos en la luna”.
— Carlos Plazola, profesor de teatro.
GABRIELA ANA LIM
Con una formación actoral adquirida en su país de origen, Plazola enseña teatro para niños en Montreal. Pero la idea no es que los pequeños aprendan a actuar sino que desarrollen sus habilidades a través del teatro.
Plazola ha trabajado en un proyecto de teatro para niños en el Centro Simón Bolívar. Ahora cambia de espacio y se muda por la calle Jean-Talon. Nos cuenta: “he dado clases de teatro a niños pero no con la intención de formar actores sino de utilizar el teatro como herramienta para su desarrollo y crecimiento. En México, me puse a investigar sobre la educación y me llamó mucha la atención una nueva propuesta en otros países a través de las habilidades. Me interesó el tema. Trato entonces que el teatro dé herramientas a los niños para que puedan tener más apertura y desarrollarse más”.
¿En qué consiste tu taller de teatro ?
Utilizo juegos. Les digo a los niños: “Vamos a jugar como si fuéramos perros, como si estuviéramos en la luna o como si alguien estuviera enfermo y somos los doctores”. Para el niño siempre va a ser un juego pero en realidad lo estas metiendo en una ficción donde todos tienen el mismo propósito. Lo sacas de la realidad: dejas de estar en un espacio vacío para que activen su imaginación.
¿Los adultos están presentes ?
No. En el Simón Bolívar, por una cuestión de espacio, no tenían una sala de espera. Entonces se dió algo muy interesante que me hubiera gustado continuar: los papás también entraron en el taller y hacían las actividades. No solo trabajo la imaginación sino el físico, dar vueltas de carro, coordinar. En esa parte los adultos no participaban. Era como jugar a que el papá era un compañero más.
El taller era una vez por semana durante 2 horas. Tenía niños desde los 5 años pero me gustaría hacer grupos de 5 a 7, 7 a 10 y 10 a 13 años.
¿Qué interés tienen los padres en enviar a sus niños al taller de teatro ?
El taller lo enfocábamos a latinos porque sus hijos son nacidos aquí. Los papás querían que los niños no perdieran el español entonces practican la lengua materna de los padres. Gustó mucho: tanto a los papás como a los niños.
Un poco de historia teatral Vengo de México. Hace 3 años que estoy en Montreal. Estudié teatro en la Universidad de las Américas en México. Siempre me llamó la atención utilizar el teatro como herramienta de expresión y no como formación actoral. En México empecé con una academia y dábamos teatro, canto, danza, artes plásticas. Mas enfocadas a niños que a adultos.
Aquí cuando llegué no sabía francés entonces hice un alto en este proceso de enseñar y hacer teatro para aprender el idioma. Mi proyecto es volver a abrir la academia que tenía en México y dar clases a niños. Además quiero tener un grupo de teatro donde pueda crear obras. Ahora también voy a dar clases de teatro a adultos de la tercera edad en francés en un centro comunitario.
¿Esta pasión por el teatro viene de familia ?
[Sonrisas…] Mi familia es de arquitectos. Nací en Cancún y no había nada, no teníamos la influencia de la tecnología, de la televisión. Éramos niños más libres jugando en la selva o en la playa. En la secundaria entré en un grupo de teatro y nunca más dejé de practicarlo. Hice amistades que hasta ahora conservo muy importantes para mí. Me dije: quiero estudiar y hacer teatro. Y me fui a estudiarlo.
¿El teatro de aquí es distinto al teatro en México ?
Lo que cambia es la manera de hacerlo. Aquí hay una serie de requisitos que no conocía y que son un poco más pesados. Pero en la cuestión artística la gente está más comprometida. Mi experiencia aquí ha sido con niños de familias de latinos. Son niños muy abiertos. Como somos los latinos, si alguien está triste le preguntas :“¿por qué estás triste ?”. No he trabajado aún con niños de familias quebequenses.
¿Pero podrías trabajar con niños quebequenses para que aprendan español?
Cuando empecé mi proyecto en el Simón Bolívar, estaba abierto a que si el niño no sabía español, el taller sirviera como herramienta para aprenderlo. En el Simón Bolívar se dio en español porque así me lo pidieron. Pero como el primer día los niños están nerviosos, me hablaban en francés. Fue una experiencia nueva para mí.
Mas información: (514) 578-9641
carlosplazola@hotmail.com