Inmersión: Cultura e idioma en Cuba
Cuba tiene buena reputación por ser un país acogedor y seguro. Es uno de los destinos favoritos de los quebequenses.
KATY TORRES
El proyecto de Georgette Rondeau es mostrar la bella Cuba desde su encanto en Cienfuegos. Para aquellos que quieren más que turismo pasajero en la isla, tienen la opción de ir a aprender el idioma y la cultura.
Lleno de pasión, François Kelly nos contó en qué consiste el proyecto de su madre Georgette, una quebequense instalada en Cuba.
¿Qué ofrecen a los turistas que van a Cuba?
Dos semanas en Cienfuegos en inmersión. Ofrecemos un paquete educativo que incluye clases, actividades culturales y el material correspondiente.
Se trata de un programa con clases de 9:00 a 12:00, seguido de un almuerzo aún en compañía de los profesores cubanos y en las tardes siguen las actividades. Se proponen diversas salidas culturales: visitar antiguos teatros, cabarets, talleres de pintores y muchos encuentros con artistas.
Estamos asociados a la organización Paraíso, que forma parte del ministerio de Cultura cubano, y con la Universidad de Cienfuegos y su Departamento de idiomas.
Entonces, proponen el idioma en la mañana y la cultura en la tarde. ¿De dónde nació la idea?
Es toda una historia. Mi madre tomó este curso hace unos años. Ella hablaba español y quería perfeccionarse. El curso se daba en Cienfuegos. Quedó enamorada del programa.
Pero luego la escuela pasaba un mal periodo y la iban a cerrar. Entonces mis padres decidieron hacerla su proyecto personal de jubilación y asumieron la escuela. Le dieron continuidad. Esa es la historia. Fue la idea de mi madre y lo hizo por amor al país y al idioma. Mi madre se enamoró igualmente de la ciudad de Cienfuegos.
¿Qué es lo que enamora de Cienfiegos?
Su arquitectura, su cultura, su historia, su música. Es realmente una bella ciudad cultural. (François se ríe confesándonos que en esta ciudad se conoce verdaderamente Cuba, no como en Varadero).
¿Ofrecen el hospedaje y la comida también?
El viaje como tal es aparte. No somos una agencia de viajes. Somos una escuela de idiomas. La reservación del hotel y de los vuelos se deben hacer separadamente. Pero podemos ayudar a escoger el producto.
¿Quiénes son sus clientes?
En un noventa y cinco por ciento se trata de una clientela francófona quebequense. Es que hay una historia de amor entre Cuba y Quebec.
¿Y cuál es el interés de los quebequenses por Cuba?
No lo sé… la temperatura (risas), el calor del país y de la gente. También creo que nos parecemos en cuanto a la personalidad, en que nos gusta “darnos gusto” en la vida, nos interesa el baile, el canto, la música…
¿Hay quienes ya han ido a Cuba en un “todo incluido” y regresan al país con ustedes?
Sí. Sucede a menudo que la gente ya está cansada de los “todo incluido” y quieren “ver” un poco más. Vienen entonces a hacer su estadía con nosotros.
Tendrán la ocasión de conocer mejor Cuba. Y luego esta gente cambia su manera de viajar. A menudo pasan a hospedarse en casa de particulares.
¿Cómo ves el turismo en Cuba?
Cuba tiene buena reputación en Quebec por ser un país acogedor y seguro. Ha sido uno de los destinos favoritos de los quebequenses. Pero también creo que la relación puede cambiar y los quebequenses se puedan desmotivar con la llegada de los estadounidenses a la isla.
Hay un albergue que recomendamos: “Faro Luna”. Ofrece tres comidas al día. No es un “todo incluido”, como los de Varadero. La comida es más local también. Algo más cercano a lo tradicional. El hotel es cubano y el personal solo habla español.
¿Y en dos semanas se logra aprender algo realmente?
Sí. Sobre todo los francófonos, a quienes se les facilita bastante el idioma. Con las actividades culturales y el apoyo de los profesores, al cabo de dos semanas, para alguien que apenas dice “hola” al llegar, luego es capaz de pedir un taxi, ir a un restaurante e interactuar en muchas situaciones.