PQ: otro poco de lodo a los inmigrantes
Péladeau. Reflejo del actual PQ, sin autocrítica, mercantil y excluyente.
RODRIGO ORTEGA
La primavera llegó también con las declaraciones del propietario de numerosos medios de comunicación y diputado del Parti Québécois (PQ), Pierre Karl Péladeau. En un discurso público, el parlamentario-empresario atribuyó el fracaso del proyecto de independencia de Quebec a la inmigración. Días después se disculpó diciendo que en realidad lo que el PQ desea es trabajar con gente de todas las nacionalidades con el objetivo de crear un país “todos juntos”.
Lindas palabras.
El problema es que sistemáticamente a los militantes de alto nivel del PQ se les cae de la boca el “problema” de la inmigración vinculándolo a los reveses que ha sufrido el proyecto de soberanía política de Quebec —lo cual no es completamante falso, pero tampoco es completamente cierto.
Historia
Las razones históricas por las cuales los quebequenses enarbolan la causa de la independencia son variadas y muchas de ellas muy justificadas. (Un libro excelente para entender ese fenómeno es Nègres blancs d’Amérique, de Pierre Vallières. En esa obra el autor hace un paralelo entre los procesos de independencia de Quebec, África y América Latina).
Pero una cosa es que la causa quebequense sea justa y muy otra que se atribuya casi exclusivamente a los inmigrantes la responsabilidad por la no realización del proyecto de independencia y, de paso, que se omitan voluntariamente otros factores. Al respecto, es importante recordar que el PQ se ha alejado considerablemente del (leve) anhelo de justicia social que un día hiciera suyo. Hoy ocurre que es una gran parte del propio pueblo quebequense quien no adhiere al proyecto de sociedad al que aspira ese partido. Si bien muchos independentistas quisieran ver la creación de un país, otros, que ya son numerosos, consideran que el nacimiento de esa misma nación debe ir de la mano de una distribución equitativa de la riqueza y de una apertura hacia la innegable realidad que constituye la inmigración. Es dable en ese sentido preguntarse: ¿Cumple el actual PQ con esas condiciones? La respuesta es NO.
Tierra de inmigrantes
No debe olvidarse tampoco que Quebec está compuesto por inmigrantes. No puede el PQ pedirle peras al olmo, ni cosechar papayas en Chicoutimi.
Péladeau es el propietario de un conglomerado de medios de comunicación, el cual incluye periódicos y canales de televisión. El también aspirante a la jefatura del Parti Québécois no puede esperar que sus declaraciones hostiles a la inmigración caigan en el vacío. Dijo en voz alta lo que muchos militantes del PQ dicen a media voz. Al inmigrante se le ve como a una amenaza y no como a un aliado. Y causa asombro que aún no logren entender que para concretizar alianzas se requieren proyectos comunes, no solo lingüístico-étnicos, sino también, y sobre todo, sociales.
A esta altura salta a la vista que el PQ está dando sus últimos palos de ciego, sus últimos aletazos.