Gobierno de Philippe Couillard: el camino de las privatizaciones
En los años sesenta, el Partido Liberal dirigido por Jean Lessage (1960-1966) sentó las bases de la Revolución Tranquila que permitió el acceso de Quebec a la modernidad. En 2015, es el mismo partido, ahora dirigido por Philipe Couillard, quien quiere clavar el último clavo en el ataúd del modelo quebequense justificándolo con el combate por el déficit cero y la austeridad. Lo cierto es que el gobierno Couillard tiene el mandato de poderosos lobbies de empresarios para imponer una nueva lógica del rol del estado quebequense. A lo Mike Harris, a lo Stephen Harper: disminuir las inversiones públicas y aumentar las tarifas para favorecer la privatización, reduciendo, al mismo tiempo, el rol del Estado y deteriorando las condiciones laborales. Se trata de una verdadera revolución conservadora imprevista, porque se basa en la negación de las promesas de los liberales en la campaña electoral.
MARCELO SOLERVICENS
El ministro de finanzas del gobierno Liberal de Quebec, dirigido por Philipe Couillard, presentó el presupuesto de Quebec para el año fiscal 2015-2016.
La mayoría de los observadores considera que en lugar de ser el presupuesto del ministro de finanzas, Carlos Leitao, por centrarse exclusivamente en la reducción de gastos, se trataba más bien del presupuesto del ministro del Tesoro Público, Martin Coiteau.
Ese presupuesto terminaría con los déficit, a pesar de incorporar cerca de 1 600 millones para el llamado Fondo de las Generaciones. Los cálculos del ministro anuncian que en los futuros presupuestos, a contar de 2016, habrá excedentes, que promete traducir en reducción de impuestos y no para restablecer los servicios sociales que amputa este año.
Este presupuesto confirma la deriva neoliberal del gobierno Couillard con su estrategia de marketing político. La píldora pasa más fácil porque este es el tercer acto de la mencionada estrategia del gobierno Couillard. El ministro de finanzas juega con los anuncios. Los aumentos de tarifas de guarderías o de electricidad, entre otros, fueron anunciados el año pasado. Los recortes fueron hecho públicos en el presupuesto de junio de 2014 y después, en el ajuste presupuestario de diciembre de 2014. En total, los recortes, desde la elección de Philipe Couillard, representan más de 4 000 millones de dólaresylosaumentos de tarifas alcanzarán cerca de 2 000 millones. Ello corresponde al 1% del PIB de la provincia. Los costos para la función pública seguirán porque no recibirían aumentos y los servicios a la población disminuirán porque no se prevén aumentos en los próximos años.
¿Un nuevo modelo?
El presupuesto 2014-2015 consolida el enfoque de abandono de políticas públicas. Destaquemos el aumento de los precios de las guarderías a contar del 1 de junio de este año. Eso no es todo, además se reduce la contribución estatal a las CPE y guarderías subvencionadas en 74 millones para 2015-2016, lo que se agrega a los recortes de 100 millones del año pasado. Es la misma tónica en todos los ministerios. A la reducción del 10% del presupuesto del año pasado, se agregan nuevos recortes que afectan desde los servicios a los inmigrantes hasta las personas de tercera edad.
El abandono del rol redistributivo del estado se acompaña de la eliminación de instancias de coordinación regionales y envío con menos fondos a las muncipalidades. Se ataca el modelo de concertación de actores para el desarrollo regional y local. Es una embestida contra las iniciativas como las operaciones Dignidad, surgidas primero en la sociedad civil y reconocidas luego por el estado porque la participación social es imperativa para el desarrollo durable y humano.
Camino a la privatización del sistema de salud
El presupuesto de la salud aumentará solo en 1,4%, muy por debajo del 4% anual. El gobierno ataca a los trabajadores de la salud, cuyos salarios constituyen los tres cuartos del costo del sistema. Congela sus salarios mientras que los médicos obtendrán aumentos de remuneración.
La Ley 10 redujo las estructuras del sistema de salud a 33, disminuyó la participación ciudadana y concentró en el ministro de Salud, Gaetan Barrette, todos los poderes. La nueva estructura privilegia la medicina curativa en desmedro de la prevención o el seguimiento de los pacientes. La Ley 20 que todavía no se adopta, al momento de escribir estas líneas, pretende mejorar el acceso al sistema con el establecimiento de cuotas, pero no busca mejorar el servicio a los pacientes sino reducir los costos del sistema. Esas cuotas incluso afectarán derechos, como al aborto libre y gratuito, aspectos criticados por el Centro de Mujeres de Montreal. También se propone reducir el programa de procreación asistida.
Todo indica que las reformas de Barrette no mejorarán el servicio a los pacientes y sí favorecerán la privatización del sistema de salud.
Despertar de la sociedad civil
Las compresiones en educación son aún mayores y no alcanzan a compensar los gastos normales del sistema. Ello afectará los servicios a los estudiantes y las remuneraciones de los profesores. La educación superior, que ya se consideraba en crisis, tendrá mayores dificultades. Además, las 72 comisiones escolares sufren recortes de 350 millones por lo que los servicios a los estudiantes disminuyen.
Los sectores patronales aplaudieron el presupuesto. Las organizaciones comunitarias, los sindicatos, y el movimiento estudiantil, lo condenaron porque aumentará la pobreza y las desigualdades sociales mientras que favorecerá los sectores pudientes y las empresas que no pagan su justa parte.
La primavera y sobre todo el otoño próximo serán muy activos. Las manifestaciones estudiantiles muestran la lucidez de la juventud que comprendió que la reducción del rol del estado en la distribución de ingresos y de privatización afectará a todos. La fuerte represión de las movilizaciones estudiantiles contra la austeridad concitan apoyo de otros sectores y todo anuncia que el despertar de la sociedad civil es la única manera de parar la revolución conservadora del gobierno Couillard.